Para enamorarte y encontrar a la persona indicada, primero debes tener confianza y amor por ti mismo. Las personas seguras de sí mismas tienden a ser más felices y a tener relaciones más duraderas que aquellas que no lo son. Quizás parezca difícil comenzar a amarte de un momento a otro, pero es un componente importante de una relación fuerte.
La frase “Finge hasta que lo consigas” se utiliza muy a menudo en lo que respecta al desarrollo de la autoconfianza y la autoestima, ¡pero es una técnica que en verdad funciona! Párate erguido con la espalda recta y aprovecha el espacio. Incluso el simple hecho de pararte den una posición de poder puede aumentar tu confianza. Finge un poco de confianza todos los días a modo de práctica y pronto te será cada vez más sencillo hacerlo.[2]
Sé amable contigo mismo. Las cosas que pienses y digas sobre ti probablemente mucho más crueles (y falsas) que aquellas que le dirías a tu peor enemigo. Todas las personas son imperfectas, así que sé amable contigo mismo con respecto a tus propias imperfecciones. Cuando pienses de manera negativa sobre ti, reemplaza ese pensamiento con uno positivo.[3] Por ejemplo, si comienzas a pensar en algo como “Mi nariz es demasiado grande”, cambia dicho pensamiento con algo como “Mi nariz me ha sido muy útil a lo largo de los años y me permite oler y degustar todas las cosas grandiosas”.
No te compares con otras personas.[4] Siempre habrá alguien más exitoso, atractivo o inteligente que tú. Así que mejor enfócate en celebrar tus logros y honrar los de los demás sin compararte con ellos.
Determina la razón por la que quieres enamorarte. No existe una respuesta correcta en lo concerniente a la razón para querer enamorarse, pero algunas razones indican que necesitas concentrarte en ti mismo antes de estar listo para hacerlo. No tiene nada de malo anhelar una relación amorosa, pero basar tu autoestima en el éxito de una relación ejercerá demasiada presión en la otra persona y en la relación misma.
Entre algunas de las razones que podrían impulsarte a involucrarte en una relación[5] son la sensación de soledad o la idea de que necesitas que alguien refuerce tu autoestima, el hecho de que todas tus amistades tienen pareja o la creencia de que necesitas estar en una relación para ser feliz. Todos ellos son síntomas de problemas más profundos que no podrás curar al tener una relación con alguien.

Determina lo que buscas. No es necesario que hagas una lista de las especificaciones exactas que detallen el color de cabello, el trabajo, el nivel profesional y la personalidad de tu pareja potencial. No te servirá de nada crear a una pareja “ideal” que no exista en la vida real. No obstante, debes reconocer los aspectos básicos de lo que buscas.
Por ejemplo, en lo que respecta a la personalidad, probablemente busques a alguien que tenga un buen sentido del humor y pueda reírse de sí mismo, o incluso a alguien que sea amable y se preocupe por las personas.
También debes hacer una lista de lo que definitivamente no buscas. Por ejemplo, quizás haya una cierta afiliación política con la que no estés de acuerdo o no quieras a alguien que viaje mucho a causa de su trabajo, pues rara vez estaría contigo.
Siempre puedes consultar esta lista a medida que conoces a diferentes personas, pero es una buena idea saber el tipo de valores y rasgos que buscas en una pareja potencial. Te será más fácil descartar a las personas con quienes no puedas desarrollar una relación romántica a largo plazo.
Conoce a más personas. Desde luego, si quieres encontrar a alguien de quien enamorarte, necesitarás salir y conocer a personas nuevas. Esto no significa que te vayas a todas las fiestas que puedas o que debas hacer cosas con las que no te sientes totalmente cómodo, pero es una buena idea salir aunque sea un poco de tu zona de confort.[6]
Haz cosas que disfrutes y conoce a más personas en esas situaciones. Por ejemplo, si te gusta leer y escribir, únete a un club de lectura o grupo de redacción. Si te gusta mucho la escalada en roca, ve a un gimnasio de escalada que haya cerca de tu vecindario.
Visita muchos lugares. Ve a una cafetería o librería (o a un museo, biblioteca, etc.) y pasa el tiempo allí del mismo modo en que lo harías en una excursión el fin de semana. Nunca se sabe a quién podrías conocer.